Resulta que a alguien se le ocurrió cuán divertido sería sustituir (sostitoír), el Volvo XC90 del patrón con una replica hecha con ladrillos (¿adobes, bloques?) de Lego.
Más de 200k bloquecillos y algunos días después, al doctor le sacaron las llaves de su coche, se lo movieron y después colocaron la réplica. El afectado nomás se rió.
Por supuesto ayudó el hecho de que todo esto se desarrolló en las instalaciones de Legoland, de ahí se puede suponer que esto más bien fue una estrategia de mkt guerrillero.
De cualquier forma el carrito quedó de lujo.