domingo, 12 de julio de 2009

Más del caso de la puberta estrellada

Hace unos días esta lacrita ganó notoriedad mundial al demandar a un pobre y honesto tatuador por haberle tatuado una constelación en la cara, diciendo ella que nomás quería tres. Surgiría después la verdad cuando ante un tribunal ella admitiría que siempre sí quería su constelación. Pues bien, tenemos más información de ella.

 

Kimberley Vlaeminck, la joven belga que saltó a la fama tras tatuarse 56 estrellas en el rostro y denunciar en un principio que el tatuador lo había hecho sin su consentimiento, ingresó ayer en una institución psiquiátrica, según el diario La Dernière Heure.

Vlaeminck permanecerá en la clínica Sint-Maarten de Kortrijk (oeste de Bélgica) durante al menos quince días para seguir un tratamiento.

La joven de 18 años denunció el mes pasado a su tatuador por supuestamente haber dibujado en su rostro 56 estrellas negras en lugar de las tres que ella había solicitado.

Según Vlaeminck, el tatuador aprovechó un momento en el que ella se había dormido para llevar a cabo el trabajo, algo que él negó en todo momento.

Finalmente, la joven reconoció que inventó la historia  para evitar una reprimenda por parte de su padre.

Desde entonces, según La Dernière Heure, Vlaeminck seguía un tratamiento médico que incluía el consumo de cinco antidepresivos.

Pobechita, la verdad sí estaba ajada de la tatema, pero total, ni es de mi familia.

La información acá, para variar.