Una conocida de don Lucio se negó a hacer comentarios respecto al problema en que la viuda esposa de su amigo está metida, Image vía Wikipedia
Resulta que la señora Alba Yacue le tenía harta fe a su marido Lucio, pues el susodicho le dijo como últimas palabras “volveré” antes de morir y ella, que conocía bastante bien a su marido, decidió aguardar su llegada manteniendo su cadáver lo más cerquita posible.
Según que mandó los despojos de don Lucio a una funeraria local para que lo prepararan lo suficiente para un entierro íntimo privado en el jardín de la casa de ambos, y dicho y hecho, nomás que lo prepararon para un entierro, no para su exposición a los elementos como es el caso de los papas y pues… don Lucio como que ya hedía gacho tras algunas semanas de no regresar.
Se reporta que doña Alba lo tenía envuelto en unas sábanas, sobre la cama de ambos (porque además quería presumirle que nunca dudó de su palabra) y se supo todo por el delicado buqué que expedía el bueno de don Lucio.
Ahora lo divertido sería que don Lucio en efecto vuelva, pero en una féretro debidamente colocado a tres metros debajo del suelo.