He sospechado desde siempre que en realidad el gringo común es bastante candoroso, no son capaces de imaginarse que alguien sea capaz de mentirte o de usar las maravillas de la ingeniería social en su contra. O de pensar en que puedan ser amenzados por algo que no sea un arma.
Antonio Vázquez irrumpió en una casa del estado de California pensando que sus ocupantes no estaban. Sin embargo, a los cinco minutos aparecieron los dueños y ante la desesperación, Antonio sintió la necesidad de tener un arma en la mano y agarró lo primero que encontró a su alcance. Por supuesto, debía ser algo amenazante, y mejor que un cuchillo. Encontró una salchicha.
Cada segundo era valioso para Vázquez y por eso, cuando la vio sobre la mesada de la cocina no lo pensó dos veces y la tomó. Blandiendo la salchicha como arma sometió a los dueños de la casa y empezó a buscar dinero.
Luego se reportó que el ladrón también froto la piel de una de las víctimas con especias de la cocina.
Según el diario The Daily Mirror, el ladrón se olvidó su billetera con su identificación en la escena del crimen y por eso pudo ser arrestado mientras caminaba por la calle vestido solamente con una remera, calzoncillos y medias.
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